Recuerdo las ganas de abrazarte.
Y figuré robarte un beso,
caminamos tomados de la mano.
Tú sonriendo y yo,
deseo colgarme a tu boca.
En ese cuadro soy tuya y eres mío.
No hay frío que congele muecas.
No hay calor que alargue peleas.
No hay lluvia que moje calles.
No hay ropas incómodas.
No hay lentes obscuros.
No hay relojes que midan conversaciones.
No hay anillos que nos unan.
No hay huellas en nuestros zapatos.
No hay pieles secas.
No hay maquillaje que oculte sombras.
Sólo hay dos personas de la mano.
Se huele a café, se sabe salado,
se mira dorado,
se escucha el zumbar
de abejas en la piel.
Y tú, tan estrella fugaz.
llegas y me envuelves en tu calor.
Te vas y me dejas en el frío.
Y en un suspiro te olvido
al siguiente desvanezco
para que no me veas languidecer.
Niego con la cabeza.
aprieto mi corazón para calmarlo.
abro mis manos para despedirte.
Y preparo mis pies para alejarme.
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