Levanto mis pies y mis brazos
del sueño torpe.
Desenredo el bostezo del pelo.
Lavo mi cara
quitando lagañas de hastío.
Aviento pijamas
que han sudado pesadillas.
Y semidesnuda
visto mi cuerpo
de cotidiana cortesía
blusas discretas
y pantalones ajustados.
Los zapatos, los aretes,
el reloj,
simple utilería.
El rimel alza pestañas coquetas,
de ojos tristes que preguntan
¿qué es lo que verán?
Al final los labios,
sin más ambición que un beso,
se ocultan tras el labial.
Complice el espejo
Me envía a conquistar al día.
La pregunta es: ¿amaneciste?
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