Navegué a un puerto desconocido
hacia las farolas de su playa.
Arribé con caracola a cuestas
que una ola arrebató.
Para encontrar mi caracola
me adentré al mar.
Medusas blancas
tus besos
envenenaban mis labios.
En mar adentro
hallé tus tentáculos y tus ventosas
ellos enredaron mi cuerpo
ellas marcaron el compás
de mis caderas.
En mar
convertimos la tierra seca
y la cama en nuestra balsa.
entré a tus ojos verdes
y la espuma surcó el mar.
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